14J: un día para la historia

Queridos lectores de este BLOG:

hay días en los que la Historia se muestra caprichosa y nos inunda con grandes acontecimientos, todos ellos capaces por sí solos de entrar en los libros de texto a la altura de eventos como la caída del Imperio Romano, la Revolución Francesa, la llegada del hombre a la luna o la detención de la Pantoja.

Les aseguro que para un cronista no es fácil mantener en estos casos la objetividad necesaria: es más, en estos momentos me tiemblan las manos al recordar el glorioso día del 14 de Junio del 2007. Sin embargo, mi deber me exige que relate estos acontecimientos con frialdad periodística para que sean ustedes mismos los que juzguen.

El día anterior ya había sido motivo de alarma para el Running Team: Sampi fue testigo con sus propios ojos de que la cosa no iba en broma. Aturdido y desesperado, comenzó a delegar responsabilidades en el resto de su equipo, para ser actor protagonista poco después en un lamentable intento de soborno. Dejémoslo ahí, queridos lectores; no es aquí donde han de desvelarse las inmundicias del alma humana.

El 14J amaneció tranquilo. Nuestros protagonistas volvieron a mostrarse impasibles ante las palabras de desaliento que unos y otros les hacían llegar. La novedad la representaba Jose, el último componente de nuestro team y sobre quien recae toda la responsabilidad del equipo.

¡Qué lejos quedan los días en los que el team reclamaba unas escaleras mecánicas para bajar a los vestuarios del gimnasio! En esta ocasión descendieron raudos y veloces, ansiosos por probarse de nuevo a sí mismos. Les acompañaba Michael Paul, nuevo integrante del equipo.

En los primeros metros, el team observó a Jose, la gran esperanza blanca, que parecía poco concentrado en su labor. Cuando se paró en un semáforo y recibió los gritos de reproche del resto del equipo, entendió que la cosa iba en serio. Adquirió la misma expresión que tiene cuando programa un browse y se entregó a la tarea.

Y entonces, queridos amigos, al llegar al parque se desencadenaron los acontecimientos. Uno tras otro se enlazaron de forma inevitable hasta llegar al éxtasis final, un evento que, sin ánimo de exagerar, supone la culminación de la entrega y el triunfo de la civilización y la voluntad humana.

En primer lugar todos los integrantes del equipo fueron capaces de mantenerse una vuelta más al circuito. Lo que supone aproximadamente 6 km. de carrera de media. ¿Parece poco? Pues sabed, queridos amigos lectores, que 6 Km. son 6.000.000 de milímetros. Si se juntan 6 millones de cualquier cosa y se ponen una junto a la otra, llegaríamos a la Luna.

Pero no acaba aquí la cosa, queridos amigos. Un nuevo acontecimiento eclipsó al anterior: nuestro team se dio cuenta de que iban a a adelantar a su primer corredor. El momento fue mágico, queridos amigos: poco a poco se acercaron a su víctima, el tiempo pareció detenerse mientras sonaba una música celestial. Metro a metro, uno tras otro se situaron por delante de aquel corredor. Luego otro, y luego otro. Así, hasta tres corredores expertos y entrenados fueron absorvidos por el rodillo nuestro team.

Otro gran momento fue aquel en el que a Alvaro le dijeron que dejara de intentar respirar por la nariz, que eso sólo lo hacen dos o tres keniatas en el mundo. Entonces el color morado intenso desapareció de su rostro, levantó la vista, las fuerzas retornaron a sus músculos y llegó incluso a empujar del grupo durante al menos dos metros.

Pero queridos amigos, todos estos acontecimientos, ya por sí mismos históricos, quedarán eclipsados por uno aún de mayores dimensiones. Agárrense a sus sillas:

El grupo aguantó el ritmo que impuso David durante 2 km.

Sí, amigos lectores, así fue. Estos son los datos objetivos. Ahorramos detalles que podrían confudir la esencia misma del acontecimiento. David, la estrella del Running Team, puso a prueba a los héroes y estos respondieron al reto. No enturbiaré con más palabras la enorme trascendencia de este evento.

Como todo 14J, el grupo acabó tomando una bien merecida birra, conscientes de haber contribuido al triunfo del progreso humano. El running ya team tiembla.